¿Soy famoso? ¿Estoy muerto? ¿Soy hombre? ¿Soy un cantante? Son algunas de las preguntas hechas mientras que, con un papel pegado en su frente, el implicado en el rol de un juego trata de adivinar el nombre del personaje que está escrito en la pegatina.

Al popular juego se le conoce con varios nombres: Adivina qué, Heads Up, Charadas o Quién es Quién, y mientras todos pueden ver el nombre del personaje, el jugador que lo desconoce trata de adivinarlo por medio de preguntas clave.

El juego obliga a la persona a hacer un esfuerzo mental por recordar personajes, atar cabos, a quedarse por minutos pensando en cuál es el nombre del personaje escrito en el papel puesto en su frente, a buscar en la memoria a largo plazo, a propósito Intensa-mente, la película de Pixar.

Pero como muestra el filme animado (para los que se la han visto) números de teléfono, letras de canciones, direcciones y otros datos cotidianos que ya parecen ocupar mucho espacio en nuestra memoria y, además, ser irrelevantes, se van al basurero mental. De allí no hay salida, son recuerdos que quedan en el olvido.

Lo que muchos desconocen, y que una investigación que la firma de seguridad informática Kaspersky Lab acaba de publicar, es que hay un fenómeno al que se le conoce como Amnesia digital. Este sugiere que hay un vínculo directo entre los datos que se pueden buscar en dispositivos como computadores y teléfonos, y el fracaso para guardarlos en la memoria.

Es decir, que usted fácilmente olvida un número de teléfono, una dirección, la letra de una canción o el nombre de un actor porque puede buscarlo en el momento en que quiera en su equipo o en Internet.

Kaspersky menciona que por diversas razones no podemos recordar cierta información y la estamos delegando a nuestros dispositivos móviles, en lugar de nuestro cerebro.

Internet, como tener agua

La doctora Kathryn Mills, UCL del Instituto de Neurociencia Cognitiva, University College de Londres, citada en la investigación, expresa que “una de las razones por las que los consumidores podrían estar menos preocupados por recordar la información, se debe a que tienen acceso a dispositivos conectados en los que ellos confían. En muchas sociedades, tener acceso al Internet es tan estable, como tener acceso a la electricidad o al agua corriente”.

El neurólogo Luis Alfredo Villa López comenta que teléfonos, tabletas y computadores son sistemas de apoyo del cerebro para guardar información. Este “es otra máquina de almacenamiento pero eso no quiere decir que guarde la que requiere. Cada vez necesita guardar más y lo hace de una forma muy dinámica. La información que guarda como prioritaria es todo lo que nos ha generado pánico, angustia; en general lo que preserva la vida es lo que tiene prioridad en el cerebro”, comenta.

Según Villa, el cerebro guarda todo aquello que tenga relación con la protección y la supervivencia; lo que es irrelevante no lo salva de una manera prioritaria.

No obstante, frente al tema de Amnesia digital, el neurólogo opina que lo que se está creando es un mercado de “copiar lo copiado en otros sistemas” porque siempre hemos guardado los datos que son poco relevantes, solo que antes, por ejemplo, lo hacíamos en una libreta. Y opina que está maximizando el asunto. “Eso va orientado a buscar formas para no perder la información que ya tiene ahí almacenada. No es ninguna amnesia porque usted no va a olvidar lo que no ha aprendido”.

La investigación

Para la investigación, Kaspersky Lab encuestó 6.000 consumidores de 16 años o más, en seis países europeos. El estudio encontró evidencia de lo que la firma llama amnesia digital a través de todos los grupos de edad y por igual entre hombres y mujeres.

En el informe de la investigación también se cuenta que para muchos la pérdida o la divulgación de datos almacenados en los dispositivos digitales causaría angustia. Cuatro de cada diez mujeres y el 40% de usuarios entre 16 y 24 años de edad dijo que le causaría tristeza, “ya que hay recuerdos almacenados en sus dispositivos conectados que nunca recuperarían”. Una de cada cuatro mujeres (25%) y el 38 % de los encuestados más jóvenes dijeron que les causaría pánico, “ya que sus dispositivos son el único lugar donde almacenan imágenes e información de contacto”.

Entre otras cosas, el estudio reveló que hasta el 60% de los adultos puede llamar al número de teléfono de la casa en la que vivieron cuando tenían 10 años de edad; “pero no a sus hijos (53%) o a la oficina (51%), sin antes buscar el número en su dispositivo digital. Alrededor de un tercio no puede llamar al teléfono de sus parejas, utilizando solo su memoria”.